La Salud Mental es un componente integral y esencial de la salud. Tanto es así que no hay salud sin salud mental. Tal como explica la OMS, “la salud mental es un estado de bienestar en el que la persona realiza sus capacidades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su entorno”.

En este sentido positivo, la salud mental no puede explicarse sólo por la ausencia de trastornos mentales y constituye el fundamento del bienestar individual.

Hay diversos factores que influyen de manera negativa en la salud mental: entre ellos, se encuentran los cambios sociales rápidos, las condiciones de trabajo estresantes, la discriminación, los mandatos de género, la exclusión social, los modos de vida poco saludables y las violaciones de derechos.

Debido a los extraordinarios sucesos que nos encontramos viviendo desde comienzos de 2020, la salud mental apareció como una temática urgente de abordar tanto por los gobiernos, como por las instituciones educativas y las empresas.

 

 

 

Relevamientos  en Argentina muestran que un 73% de los/as trabajadores/as sufrieron un aumento en los niveles de agotamiento debido a la pandemia. A su vez, las más afectadas fueron las mujeres, en especial aquellas de entre 41 y 51 años.

 

Causas:

  • -El aislamiento social,
  • la pérdida de los lugares de encuentro y sociabilización,
  • asumir nuevos roles,
  • el hogar convertido en el espacio donde todos/as sus integrantes desarrollan sus actividades cotidianas;

Entre otras tantas estas causas resultan cuestiones con fuerte impacto para la psiquis que intenta procesar la nueva realidad mientras debe continuar con sus obligaciones cotidianas.  Especialmente en el caso de las mujeres, asumir la mayoría de las tareas relativas a la escolarización y cuidado de hijos/as.

El desafío desde las organizaciones se encuentra en gestionar estas nuevas dificultades mientras se adaptan a la nueva realidad del mundo post pandemia.