Leticia Garziglia es Licenciada en Comunicación y Lucía Rivero es periodista. Se conocieron haciendo radio, cuando ambas armaron la idea de crear un tour feminista por la Ciudad de Buenos Aires. Así nació FemiTour. En Bridge The Gap las entrevistamos para conocer más del proyecto y entender por qué es importante la perspectiva de género en el turismo.
Por: Victoria Abatte para Bridge The Gap
¿Cómo nace el proyecto?
Cuando viene una turista a Buenos Aires muchas veces quiere saber cosas del ámbito de lo social, culturales o históricas con una mirada alternativa y no es fácil el acceso que los turistas tienen a conocer historias que están un poco más escondidas. La idea surge con el objetivo de presentar una propuesta que permita que la persona con esos intereses que visita la ciudad tenga acceso a esa información y generar vínculos con feminismos en otras latitudes.
Hemos viajado por el mundo y estuvimos siempre en contacto con los walking tours. Me pasó en Londres que encontré de casualidad un walking tour feminista que hablaba sobre todo de las sufragistas y de distintas mujeres inglesas de la historia y ahí hubo un germen “¡Ah! Esto está en Londres ¿Por qué no hacer algo parecido en Argentina, donde hay muchas mujeres con historias para contar?”.
¿Cómo hicieron para dar a conocer su proyecto?
De las primeras cosas que hicimos fue subir el tour como experiencia a algunas plataformas como Airbnb porque nos resolvía muchas cuestiones. Al principio lo hicimos apuntado a turistas y extranjeros porque teníamos la idea de recorrer Buenos Aires – aunque fuera con otra perspectiva – le iba a interesar más a la gente que viniera de afuera. Pero al mismo tiempo nos pasó que al compartir esta idea con la gente, y especialmente con influencers y activistas feministas, se empezó a hacer un poco más conocida y empezaron a aparecer muchas chicas de Buenos Aires que ya conocen la ciudad pero querían igual venir al tour. Son chicas que tal vez conocen el monumento a Juana Azurduy pero no saben quién fue Juana Azurduy. Entonces ahí empezamos a ampliar a argentinas, y argentinos también porque vienen varones a veces. En resumen, fue meter la experiencias en plataformas, el boca en boca y las influencers que nos ayudaron bastante al principio.
FemiTour forma parte de una red de tours y paseos feministas alrededor del mundo. ¿Cómo se gestó la red?
Fue bastante espontáneo, la verdad. Hay una chica uruguaya que organiza el tour en Nueva York en español sobre mujeres y fue quien propuso la idea. También nos empezó a pasar que venían al tour pibas de toda Latinoamérica y se preguntaban si había algo así en sus ciudades y países. Empezamos a buscar y encontramos. Algunas nos seguían en instagram, como una chica en Eslovenia que tiene un tour feminista. Empezamos a ver que había una red de cuentas que se iban siguiendo entre sí. Particularmente nos pasaba que venían turistas que habían estado previamente en Santiago de Chile y nos contaban que allá habían hecho un tour similar. Ahí nos pusimos en contacto, empezamos a hacer algunas cosas en conjunto y se armó la red. Son bastantes los tours que existen, con distinto nivel de desarrollo y enfoques, siempre con la perspectiva de género. Nuestras seguidoras son en su mayoría mujeres y argentinas. Entonces estaba bueno también brindarles a ellas esa información de otros lugares del mundo.
¿Cómo están trabajando con el tema del virus y los tours?
Todo lo que es turismo está muy frenado pero empiezan a aparecer otras maneras de comunicar lo que estamos haciendo desde las redes sociales. Armamos unos vivos en Instagram de a dos, con chicas que organizan tours en otros países y contamos historias de mujeres que incluimos en nuestros recorridos en los diferentes países. La idea es en algún momento hacer recorridos virtuales porque no sabemos cuándo se va a regularizar la situación de turismo internacional ni si se va a reactivar de la manera en la que lo conocíamos, pero las historias que tenemos para contar están ahí, son muchas, están buenísimas, hay mucha gente interesada en recibirlas. Tal vez el formato no sea el mismo pero el contenido termina siendo el mismo.
Una plataforma armó webinars para usuarios en los que pudimos contar historias como las de los vivos y también nos sirven para socializar. Una chica de Perú, que tiene un tour de música y de músicas mujeres, escuchó lo que hacemos y le copó y se le ocurrió replicar algo similar en su ciudad. Lo que pensábamos a partir de esto es que todas estas experiencias, talleres, tours, vivos en Instagram, todo lo que tiene que ver con las mujeres pareciera ser un territorio muchas veces inexplorado, no porque nosotras hayamos descubierto la pólvora, pero está todo por hacer. En Lima no había tour y ella lo puede hacer. Venimos de un paradigma en el que a nadie le importaba qué hacíamos y qué dejábamos de hacer las mujeres, hay mucho por hacer y hay mucho interés.
Además, estamos trabajando en el post pandemia, tratando de reorientar el proyecto cuando se levante la cuarentena. Hace tiempo venimos pensando en trabajar con escuelas (que ahora se nos trabó con la pandemia) para dar un impulso a los proyectos más locales, de recorridas con estudiantes en el momento que las clases se reactiven.
¿Cuál es la consulta más recurrente que reciben?
El tema del aborto, sin dudas. Incluso antes de hacer el tour nos consultan, les interesa la parte histórica pero también quieren que les contemos sobre el movimiento de mujeres y qué está pasando con la ley de aborto.
¿Qué le recomendarían a alguien que viene a Buenos Aires por primera vez?
Buenos Aires depende de cuánto tiempo dispongas. Hay gente que viene una semana y hace un millón de cosas tipo maratón. En el tour nos tocó conocer gente que viene de viajes largos, de seis meses, que le pueden dar un nivel de profundidad e intensidad distinto a conocer una ciudad. La recomendación principal es que trate de salirse de lo que está prefabricado para los turistas. Si te quieren llevar tipo ganado a un lugar, no te recomendaría que vayas. Recomendaría también que traten de hacer vínculos con gente local que pueda mostrarte cosas mucho más auténticas que lo prearmado. Por último, les recomendaríamos que salgan de Palermo, que anden en bicicleta y ¡Que hagan el FemiTour!