Un largo camino recorrió el colectivo LGBTIQ+ desde la revuelta de Stonewall que dió inicio al Día del Orgullo, pasando por la eliminación de la homosexualidad de los trastornos de la salud mental por parte de la OMS.
Afortunadamente, en muchos países han habido avances importantes que resultaron en restitución de derechos a las personas del colectivo. En Argentina, los movimientos militantes han tenido hitos como la Ley de Identidad de Género aprobada en 2012.
Conforme las leyes, también la sociedad evolucionó -aunque no tanto como quisiéramos- y nuevas formas de vincularse sexo afectivamente y conformar familias dejaron de ser vistas como un desvío de la supuesta normalidad.
Todo esto no implica que la discriminación hacia las personas LGBTIQ+ esté cerca de terminarse. Aunque en muchos ámbitos no aparezcan explícitamente, hay formas más sutiles de discriminar a los/as otros/as. Te damos algunos tips para que no las reproduzcas:
1- No asumas la orientación sexual de una persona: tendemos a creer que las personas son heterosexuales por default. Esto no sólo puede resultar ofensivo, sino privar a la otra persona de expresar quién realmente es.
2- Si no sabés cómo referirte a alguien, preguntale su nombre. Te va a decir cómo quisiera que la llames.
3- Asumir que en tu ámbito de trabajo no hay discrminación por no escuchar comentario o chistes homofóbicos.