Cintia Gonzalez Oviedo, autora

Cintia González Oviedo

En períodos de crisis, las empresas que hayan trabajado en la empatía y la diversidad destacarán por sus liderazgos. Durante el trabajo remoto, es necesario comprender que no todos/as podemos ser igual de productivos.

Son días difíciles para todas las personas. El ejercicio de la empatía, se hace más necesario que nunca. Empatía no es “escucha activa” solamente, como dice mi amiga Sofía Geyer. Y en este punto quiero trazar una línea entre lo que hasta durante la era pre-coronavirus ha sido una moda para muchos y los que lo han adoptado en serio.

Estas semanas hemos visto la aceleración de la “digitalización” del trabajo, si podemos tomarnos la licencia de pensar que el trabajo remoto es trabajo digital, claro. Las empresas han focalizado sus esfuerzos en dotar al personal de herramientas remoto y capacitarlos, super necesario. Ahora bien, ¿qué pasa con lo más básico de la pirámide? ¿Estamos asumiendo que las personas trabajan en sus casas al igual que en una oficina?

Me gusta siempre usar analogías y metáforas, y en esto me gusta decir: las personas estamos funcionando en modo “a prueba de fallos”. Una modalidad básica con activación de funciones de supervivencia, las detectemos o no. Cuando la supervivencia a escala global se encuentra en juego, vamos nuevamente a tratar de satisfacer las necesidades más básicas.

¿Cuáles son las características de esta modalidad básica?

  • Activación fisiológica: ansiedad, stress, miedo y sus consecuencias físicas (baja de la capacidad regulatoria de los sistemas inmunológico, respiratorio, etc)
  • Activación cognitiva: pensamientos anticipatorios, no poder dejar de pensar, insomnio, catastrofización (disonancia cognitiva), estilo pesimista de pensamiento
  • Reactivación o empeoramiento de cuadros preexistentes
  • Baja concentración y foco

Es totalmente normal y esperable que esto suceda. Cuando las personas estamos bajo amenaza activamos mecanismos como el miedo y la ansiedad, que por error se ven como “malos”. Son emociones negativas y necesarias que han ayudado a la humanidad a supervivir porque nos “activan” en modo “escape” o huída, y ver alternativas de salida. Como la presa que en la selva se ve amenazada por un predador, nos aceleramos buscando opciones de escape y eso nos hace acelerarnos, transpirar, tener miedo y finalmente, poder huir.

Quienes estamos trabajando, estamos en este modo también. No alcanza con tener herramientas remoto. Son necesarias, pero se requiere de liderazgos desde la empatía y la diversidad, más inclusivos y colaborativos. Es, me atrevo a decir, la muerte del “liderazgo de control” basado en la supervisión de horarios y auditoría del trabajo. Los y las empleados no van a ser más productivos/as sino son contempladas las circunstancias en las que están trabajando. Todos estamos en cuarentena, mas no todos estamos bajo las mismas condiciones. Vivir solo, con hijos chicos, sin hijos chicos, con parque o en un departamento sin balcón hoy son variables que afectan.

Empezar el trabajo diario con un encuadre de “¿Qué tal se sienten? ¿Cómo estamos? ¿Cómo es tu espacio de trabajo? ¿Cuál es la logística en tu hogar?” hoy no puede ser una cuestión de buena onda sino un enfoque basado en optimizar el trabajo. Desde la psicología positiva, basado en evidencia científica y en estudios bajo metodologías rigurosas, están comprobados muchos hábitos de higiene mental y su resultado.

Las empresas que han trabajado en liderazgos desde la empatía en conjunto con la diversidad, hoy están más preparadas que las empresas que no lo han hecho o que solo han realizado esfuerzos cosméticos. Tienen liderazgos ágiles listos para ver el aporte de cada persona más allá de la competitividad.

¿El fin de un modelo?

Será el fin seguramente de un modelo “productivo” y “competitivo” que dará paso a otro, el cual aún no podemos estimar. Como líderes, lo mejor que podemos hacer es focalizar la ansiedad en adelantarnos a ser más humanos.

Dotemos a los equipos de herramientas blandas, que van a traducirse en resultados. Y ojalá que no solo sea por los resultados, sino porque hacer comunidad entre todos es lo que nos va a sacar adelante, como siempre ha sucedido en la historia de la humanidad .

Cintia Gonzalez Oviedo

Directora Bridge The Gap

Bridge The Gap es una consultora líder en género diversidad e innovación. Ayudamos a las empresas a ser más diversas e inclusivas. Presente en Argentina, Ecuador y extendiendose por Latam.