La lucha por la igualdad se ha enriquecido y vuelto cada vez más abarcativa a lo largo de los años. Sin embargo, al mismo tiempo, se fueron desarrollado resistencias al cambio.

Suele pasar que grupos minoritarios, voces no escuchadas, son las que impulsan pensamientos divergentes y nuevos, pero su mensaje e intención es contrarrestado. Es cuando se vuelven populares que, en general, las corrientes más conservadoras y defensoras del status quo, se apropian de esos discursos, buscando asociarlos con la modernidad y la representación. 

Estas ofensivas modernizadoras es lo que sucede con el movimiento feminista y su lucha, en especial con la idea de liderazgo femenino. Hace muchos años las mujeres explican que no existe el mismo y aún así, muchas corrientes lo mencionan como un tema nuevo y transformador.

Es por eso que, cuando se habla de Diversidad, el status quo no puede ser protagonista de la misma, tomándola como una tendencia más de marketing y negocio.

Desafiar las dinámicas que estructuran y hacen prevalecer las instituciones y discursos conservadores, implica que el status quo y la Diversidad no sean compatibles.